La Biblia Reina Valera

Proverbios 26

Proverbios

Indice

Capítulo 27

1

 

  NO te jactes del día de mañana; Porque no sabes qué dará de sí el día.  

 

 


2

 

  Alábete el extraño, y no tu boca; El ajeno, y no tus labios.  

 

 


3

 

  Pesada es la piedra, y la arena pesa; Mas la ira del necio es más pesada que ambas cosas.  

 

 


4

 

  Cruel es la ira, é impetuoso el furor; Mas ¿quién parará delante de la envidia?  

 

 


5

 

  Mejor es reprensión manifiesta Que amor oculto.  

 

 


6

 

  Fieles son las heridas del que ama; Pero importunos los besos del que aborrece.  

 

 


7

 

  El alma harta huella el panal de miel; Mas al alma hambrienta todo lo amargo es dulce.  

 

 


8

 

  Cual ave que se va de su nido, Tal es el hombre que se va de su lugar.  

 

 


9

 

  El ungüento y el perfume alegran el corazón: Y el amigo al hombre con el cordial consejo.  

 

 


10

 

  No dejes á tu amigo, ni al amigo de tu padre; Ni entres en casa de tu hermano el día de tu aflicción. Mejor es el vecino cerca que el hermano lejano.  

 

 


11

 

  Sé sabio, hijo mío, y alegra mi corazón, Y tendré qué responder al que me deshonrare.  

 

 


12

 

  El avisado ve el mal, y escóndese, Mas los simples pasan, y llevan el daño.  

 

 


13

 

  Quítale su ropa al que fió al extraño; Y al que fió á la extraña, tómale prenda.  

 

 


14

 

  El que bendice á su amigo en alta voz, madrugando de mañana, Por maldición se le contará.  

 

 


15

 

  Gotera continua en tiempo de lluvia, Y la mujer rencillosa, son semejantes:  

 

 


16

 

  El que pretende contenerla, arresta el viento: O el aceite en su mano derecha.  

 

 


17

 

  Hierro con hierro se aguza; Y el hombre aguza el rostro de su amigo.  

 

 


18

 

  El que guarda la higuera, comerá su fruto; Y el que guarda á su señor, será honrado.  

 

 


19

 

  Como un agua se parece á otra, Así el corazón del hombre al otro.  

 

 


20

 

  El sepulcro y la perdición nunca se hartan: Así los ojos del hombre nunca están satisfechos.  

 

 


21

 

  El crisol prueba la plata, y la hornaza el oro: Y al hombre la boca del que lo alaba.  

 

 


22

 

  Aunque majes al necio en un mortero entre granos de trigo á pisón majados, No se quitará de él su necedad.  

 

 


23

 

  Considera atentamente el aspecto de tus ovejas; Pon tu corazón á tus rebaños:  

 

 


24

 

  Porque las riquezas no son para siempre; ¿Y será la corona para perpetuas generaciones?  

 

 


25

 

  Saldrá la grama, aparecerá la hierba, Y segaránse las hierbas de los montes.  

 

 


26

 

  Los corderos para tus vestidos, Y los cabritos para el precio del campo:  

 

 


27

 

  Y abundancia de leche de las cabras para tu mantenimiento, y para mantenimiento de tu casa, Y para sustento de tus criadas.  

 

 


Proverbios 28

 

 

 

 

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